#31 El Cuervo - Maestro Liendre Cabaret




Maestro Liendre Cabaret show

Summary: Una fosca media noche, cuando en tristes reflexiones,<br><br> sobre más de un raro infolio de olvidados cronicones<br><br> inclinaba soñoliento la cabeza, de repente<br><br> a mi puerta oí llamar:<br><br> como si alguien, suavemente, se pusiese con incierta<br><br> mano tímida a tocar:<br><br> «Es—me dije—una visita que llamando está a mi puerta:<br><br> eso es todo, ¡y nada más!»<br> ¡Ah! Bien claro lo recuerdo: era el crudo mes del hielo,<br><br> y su espectro cada brasa moribunda enviaba al suelo.<br><br> Cuán ansioso el nuevo día deseaba, en la lectura<br><br> procurando en vano hallar<br><br> tregua a la honda desventura de la muerte de Leonora,<br><br> la radiante, la sin par<br><br> virgen pura a quien Leonora las querubes llaman hora<br><br> ya sin nombre… ¡nunca más!<br> Y el crujido triste, incierto, de las rojas colgaduras<br><br> me aterraba, me llenaba de fantásticas pavuras,<br><br> de tal modo, que el latido de mi pecho palpitante<br><br> procurando dominar,<br><br> «es, sin duda, un visitante—repetía con instancia—<br><br> que a mi alcoba quiere entrar;<br><br> un tardío visitante a las puertas de mi estancia…<br><br> eso es todo, ¡y nada más!»<br> Paso a paso, fuerza y bríos<br><br> fué mi espíritu cobrando:<br><br> «Caballero—dije—o dama:<br><br> mil perdones os demando;<br><br> mas, el caso es que dormía,<br><br> y con tanta gentileza me vinisteis a llamar,<br><br> y con tal delicadeza<br><br> y tan tímida constancia<br><br> os pusisteis a tocar<br><br> que no oí»—dije—y las puertas<br><br> abrí al punto de mi estancia;<br><br> ¡sombras sólo y…<br><br> nada más!<br> Mudo, trémulo, en la sombra por mirar haciendo empeños,<br><br> quedé allí, cual antes nadie los soñó, forjando sueños;<br><br> más profundo era el silencio, y la calma no acusaba<br><br> ruido alguno… Resonar<br><br> sólo un nombre se escuchaba que en voz baja a aquella hora<br><br> yo me puse a murmurar,<br><br> y que el eco repetía como un soplo: ¡Leonora!…<br><br> esto apenas, ¡nada más!<br><br> A mi alcoba retornando con el alma en turbulencia<br><br> pronto oí llamar de nuevo—esta vez con más violencia,<br><br> «De seguro—dije—es algo que se posa en mi persiana;<br><br> pues, veamos de encontrar<br><br> la razón abierta y llana de este caso raro y serio<br><br> y el enigma averiguar.<br><br> ¡Corazón! Calma un instante y aclaremos el misterio…<br><br> —Es el viento—y nada más!»<br> La ventana abrí—y con rítmico aleteo y garbo extraño<br><br> entró un cuervo majestuoso de la sacra edad de antaño.<br><br> Sin pararse ni un instante ni señales dar de susto,<br><br> con aspecto señorial,<br><br> fué a posarse sobre un busto de Minerva que ornamenta<br><br> de mi puerta el cabezal;<br><br> sobre el busto que de Palas la figura representa,<br><br> fué y posose—¡y nada más!<br> Edgar Allan Poe. “Poemas” El Cuervo. Fragmento<br> El Cuervo<br> ¿Te ha gustado? en ese caso Gracias por compartirlo y dejar un comentario.<br> ¿Te interesa algún tema en especial? Proponlo en el <a href="http://luisbermejo.com/contacto/">formulario de contacto</a>.<br> Enlaces de interés:<br> <br> * <a href="http://kcy.me/24hkb" target="_blank">Subscríbete por iTunes y dame 5 * para animarme</a><br> * <a href="http://kcy.me/24g58" target="_blank">Subscríbete por iVoox</a><br> * <a href="http://kcy.me/24l7h" target="_blank">Feed directo para programas que no encuentren el podcast</a><br> <br>  <br>