El artista y la domesticación de sus emociones




Ensayista show

Summary: <p>En muchas ocasiones, en tertulias literarias o conversaciones informales con amigos y conocidos que escriben o aspiran a escribir, escucho frases como estas: “Yo no corrijo mis poemas, porque sería como podar la emoción” o “Yo escribo lo que me sale del alma, y ya”, o acaso la siguiente: “Corregir un poema es desnaturalizarlo”. Pero yo insisto en que, aunque al poema lo cree la emoción, la razón tiene que dictar lo que debe permanecer o quedar atrás.</p> <p>Y tal vez alguien pregunte: ¿No será un contrasentido exigirle al artista que domestique sus emociones? ¿No son las emociones, en casi todos los casos, los elementos guiadores o fundamentales de toda creación? Claro, los sentimientos caben perfectamente en el poema, en la narrativa, en cualquier género artístico. Pero la labor del artista es mantenerse en guardia para que sus emociones no desborden la obra. Por ejemplo, un poema amorfo, carente de la más mínima sonoridad literaria puede tener como origen una intención artística o una pasión cargada de sinceridad, pero eso no es suficiente en el terreno del arte. En espíritu artístico debe rechazar el sentimentalismo por un elemental ejercicio de higiene intelectual.</p> --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/ensayista/message